Quiero emprender una cruzada para que los correctores de estilo valoremos cada día más nuestro trabajo y cobremos lo justo.
Sin duda alguna, el tema de las tarifas para la corrección de textos tendrá siempre múltiples variables, por lo que no es fácil hablar de una tarifa estándar. Existen, en primera instancia, dos escenarios. El primero, cuando la tarifa es establecida por la entidad contratante (sello editorial, universidad, empresa pública o privada, entre otras); ahí solo tenemos dos opciones: aceptar los términos y tomar el trabajo o negarnos y agradecer por la oferta.
Pero no es ahí donde quiero centrarme, sino en el segundo escenario: cuando somos nosotros quienes hacemos la oferta. Me animo a invitarlos a que consideremos siempre las particularidades de cada proyecto:
- nivel de intervención;
- tiempo de entrega (estándar o urgente);
- número de revisiones o devoluciones requeridas u ofrecidas;
- si requiere adecuación de acuerdo con una norma de publicación (APA, MLA, IEEE, etc.).
Esta campaña por unas tarifas justas tiene un eje central: que cobremos la revisión de citas y referencias de forma discriminada. Para mí —aunque entiendo si no están de acuerdo— esto no es corrección de estilo, sino ajuste del texto a una norma particular de citación. En mi experiencia, he sabido que el medio editorial las incluye en el pago de la corrección de estilo como una cuartilla más, situación que no comparto en manera alguna, pues no se trata del mismo quehacer.
No obstante, poquísimos correctores de estilo cobramos entre $ 1000* y $ 3000* por referencia (hasta $ 6000*, alguno), sin importar el número de citas que haya dentro del manuscrito. *Pesos colombianos.
Asimismo, debería cobrarse aparte ajustar la estructura de documentos de carácter académico —como tesis, trabajos de grado, artículos divulgativos— que no pasarán luego por un proceso de diseño editorial, pues en ese caso creo que es un desgaste. La estructura puede cotizarse de acuerdo con la extensión del documento —por ejemplo, hasta 50 páginas, $ 80 000; de 51 a 100, $ 150 000—.
Cuando digo estructura me refiero a estos elementos: creación de tablas automáticas de contenido, de gráficos, de anexos y demás; marcación de tablas y gráficos; niveles de título de acuerdo con la norma; márgenes, disposición del texto, sangrías, interlineado, entre otros aspectos.
A los colegas los animo a valorar su trabajo, sus años de experiencia, su formación y capacitación en este apasionante mundo del lector-corrector.
Bienvenidos sean sus comentarios.
Isadora González Rojas. Mamá de Agustín, correctora de estilo y docente. Comunicadora social, Esp. en Literatura, estudiante de maestría en Hermenéutica Literaria. Coordinadora del diplomado en Corrección de estilo, Universidad Pontifica Bolivariana, Medellín. Directora de Ojo de Lupa Editores, Medellín-Colombia.